Hoy estamos iniciando la Cuaresma, nuevamente estamos llamados como creyentes a vivir un tiempo de gracia, un tiempo de especial relevancia que nos acerca al corazón del ser de Dios, pues al centro que nos orienta la cuaresma es a convertir el corazón y encontrarnos con la Misericordia de Dios.
Hoy en todas la comunidades cristianas estamos convocados a celebrar nuestra fe con la celebración litúrgica de las cenizas. No es solo la austeridad y sobriedad la que ha de caracterizar este día y tiempo cuaresmal, sino sobre todo el enfoque que la misma Palabra de Dios propicia y que sin duda estamos invitados a acoger en nuestro corazón. El profeta Joel con fuerza llama a orientar toda la vida al Señor “vuelvan a mi de todo corazón… desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, porque Él es bondadoso y compasivo, lento a la ira y rico en amor” (Joel 2, 12-18).